¿Qué concepto tienes de ti mismo?

Tu “yo interior” pide a gritos ser valorado

Tener una autoestima alta representa un sinnúmero de beneficios para la vida, desde sentirse motivado, menos estresado y con mejores relaciones interpersonales, hasta tener una mayor inteligencia emocional y entender cómo se logra ser feliz.

Una de las mejores formas para mejorar tu autoestima es construyendo un buen autoconcepto (el primero de los cuatro pilares que la configuran). Este se refiere a lo que piensas de ti, al concepto que tienes de tu persona, así como podrías tenerlo de alguien más y, como es lógico, tal concepción se verá reflejada en la manera como te tratas a ti mismo: qué te dices, qué te exiges y cómo lo haces.

¿Cómo puedes construirlo adecuadamente? Aquí tienes 4 aspectos a tener en cuenta:

A. Sé flexible contigo mismo y con los demás

No pienses en términos absolutistas porque no hay nada totalmente bueno o malo. Aprende a soportar las discrepancias y a entender tu rigidez como un defecto, no como una virtud. Si eres normativo, perfeccionista e intolerante, no sabrás qué hacer con la vida; el resultado será que la gran mayoría de los eventos cotidianos te producirán estrés, porque no son como a ti te gustaría que fueran. Concéntrate en los matices y no te apresures a categorizar a las personas de manera tajante, detente y piensa si realmente lo que dices es cierto. Cuándo evalúes, evita utilizar las palabras “siempre”, “nunca”, “todo” o “nada”.

B. Revisa tus metas y las posibilidades reales para alcanzarlas

No te pongas metas inalcanzables. Exígete a ti mismo de acuerdo con tus posibilidades y capacidades reales. Cuando definas alguna meta, también debes definir los escalones o las submetas. Intenta disfrutar cuando escalas cada peldaño, cada uno es un gran objetivo en sí mismo, independiente de la máxima cima. Escribe tus metas, revísalas, cuestiónalas y descarta aquellas que no sean vitales ni te lleguen desde dentro.

C. No observes solo lo malo en ti

Si solo te concentras en tus errores, no verás tus logros. Si solo ves lo que te falta, no disfrutarás del momento, del aquí y el ahora. No estés pendiente de tus fallas, también intenta acomodar tu atención hacia tus conductas adecuadas, las que te son productivas, así no sean perfectas.

D. Trata de acercar tu “yo ideal” a tu “yo real”

Las metas imposibles, extremadamente rígidas, aumentan la distancia entre tu “yo ideal” (lo que te gustaría ser o hacer) y tu “yo real” (lo que realmente eres o haces). Cuanto mayor sea la distancia entre ambos, menor será la probabilidad de alcanzar tu objetivo, más frustración y más sentimientos de inseguridad. No te querrás a ti mismo, no aceptarás tranquilamente quien eres en verdad, sino al “otro yo”, al imaginario, a uno que no existe. Si has idealizado demasiado lo que deberías ser, lo que eres te producirá fastidio, y el único material de trabajo útil con el que cuentas para tu mejoramiento es asumir quien eres, sin anestesia ni autoengaños.

Existen buenas herramientas que ayudan a fortalecer tu autoestima, conocer cuáles son los pilares para mantener una autoestima saludable y empezar a vivir más tranquilo, en paz contigo mismo. Herramientas que te enseñan cómo puedes activar el amor propio y que cada día tengas la actitud ganadora para vivir con éxito los mejores días de tu vida.