Redacción Editorial Phrònesis
El apego afectivo es una vinculación mental y emocional, generalmente obsesiva, a ciertas personas, originada en la creencia irracional de que ese vínculo proveerá de manera única y permanente, placer, seguridad o autorrealización. Léase bien: “permanente” (indestructible, eterno, inmodificable, arraigado). En consecuencia, la persona apegada estará convencida de que sin esa relación estrecha sentimental (adherente o dependiente) le será imposible ser feliz, alcanzar sus metas vitales o tener una vida normal y satisfactoria.
El pensamiento central que agobia a los dependientes es como sigue: “Sin él o ella no soy nada o muy poco” o “Sin él o ella, no podré sobrevivir ni realizarme como persona”. Es imposible vivir libre y sanamente con semejante lastre. Entonces, lo que define el apego no es tanto el deseo sino la incapacidad de renunciar al otro cuando debe hacerse y podríamos decir que tal renuncia es conveniente, si el vínculo resulta dañino para la salud mental y/o el bienestar de uno, el mundo y la gente que nos rodea.
Concretamente, respecto al amor, renunciar a una relación debería hacerse, al menos en principio, cuando: (a) ya no te aman, (b) tu autorrealización vital se ve afectada y (c) si tus principios se ven vulnerados. (Para ampliar este punto, puedes leer mi libro “Los límites del amor” o mi “Guía práctica para no sufrir de amor”.)
¿Eres uno o conoces a alguien con dependencia emocional? Los siguientes cuestionamientos te orientarán al respecto; te permitirán realizar un análisis cualitativo de la situación, procura ser muy objetivo al evaluar y observa hasta dónde se presentan estos síntomas. Si son evidentes dos o más de ellos, cuidado, es posible que -aunque se niegue con vehemencia- estés ante un caso de dependencia emocional enfermiza.
Se sufre, literalmente, de apego emocional si:
- Se percibe una necesidad imperiosa de estar cerca de la persona amada o de sentir amor la mayor parte del tiempo posible. Similar a lo que ocurre con la adicción a las drogas, cada vez parece necesitarse una dosis más alta para poder sentir el mismo ‘placer’.
- Se presenta abstinencia manifiesta (es decir, desorganización conductual, malestar, ansiedad o simplemente desasosiego, similar a lo que ocurre con una persona adicta a las drogas) cuando no se tiene o no se brinda manifestaciones de afecto o cuando no se tiene a la persona amada disponible.
- Incapacidad manifiesta de controlar la compulsión de estar con la persona amada. Se reduce la capacidad de regular la propia conducta y, como consecuencia, se desencadenan acciones compulsivas, viscerales, sin razonamiento. Es como si estar fuera de sí, se pierdes el control, no solo de situaciones, sino de la vida propia.
- Es visible el empleo de mucho tiempo y esfuerzo -tanto mental como físico – para mantener cerca a la pareja y para obtener amor de su parte. Nacen las excusas o cualquier tipo de historia que permita prolongar o generar la presencia del otro.
- Ya son evidentes y comprobables los altos niveles de obsesión, preocupación y/o comportamientos vigilantes y controladores desencadenados por el miedo a perder a ese ser fuente del placer/seguridad (temor al abandono, a un engaño, o a la soledad).
- Se reducen o eliminan, en quién padece, la asistencia a actividades sociales, laborales o recreativas (reducción hedonista) para estar con la persona amada. Peor aún, se exige al otro que asuma el mismo comportamiento.
- Pese a tener evidencias claras de las consecuencias negativas de amar sin límites (v. g. depresión, descontrol, ansiedad, baja autoestima, desorganización conductual, violencia intrafamiliar), se sigue manteniendo este estilo de vida dependiente y se niega a afrontarlo (mucho menos a reconocerlo). Se cree, erradamente, que no se puede vivir por fuera de esto, que la vida será aún peor (imaginen eso) por fuera de esta situación. Ojos enceguecidos que no ven otra vida posible.
¿Qué descubriste? ¿Te identificas? ¿Reconoces en alguien estas señales? Si las respuestas fueran afirmativas, cuidado, se debe dar manejo inmediato a esta problemática.
Pero… ¿cómo superarla? Esto podrás aprenderlo con la conferencia ‘Es posible amar sin sufrir, el arte de amar sin apego’. Esta conferencia, específicamente, pretende aportar ideas y procedimientos puntuales de tal manera que permitan desarrollar destrezas y habilidades para hacer frente a la dependencia, prevenirla si se hace evidente alguna vulnerabilidad que predisponga a ella y/o crear un estilo de vida orientado a la independencia emocional. Verás como al fortalecer el amor propio y la dignidad, se obtiene esa seguridad que permite crecer positivamente en todos los aspectos de la vida.