Muchos aspectos de nuestra vida afectan el bienestar del que podemos gozar. La salud mental, por ejemplo, es la base de nuestra integridad, allí cada individuo reconoce sus habilidades y debilidades de manera objetiva, permitiéndole afrontar dificultades y desafíos de la vida, trabajar productivamente y ser capaz de contribuir a la comunidad para ayudar a los demás.
Por eso, la salud mental va más allá de la ausencia de trastornos y el equilibrio emocional. En la vida, poder alcanzar metas puede llegar a ser un hecho realmente satisfactorio, a lo que podemos sumar la complacencia que se llega a sentir cuando enfrentamos retos, los superamos y alcanzamos innumerables logros.
La felicidad siempre será el combustible para alcanzar metas y lograrlo ayuda a aumentar la felicidad, se trata de un círculo vital inacabable. Al final, el sentido de la vida, hace referencia a la búsqueda de ese propósito trascendental y a cómo se siente alcanzarlo. Ir más allá y dedicar nuestro tiempo en esa causa nos lleva a poseer mayores niveles de bienestar y tranquilidad, casi plenitud.
Aprender a identificar el nivel de satisfacción y bienestar personal en cada área, es muy importante para plantearnos intervenciones o soluciones sencillas y validadas a fin de mejorar el bienestar en cada aspecto y gozar de una salud mental más fuerte.