Redacción Editorial Phrònesis

Hacer parte de una relación significa una estabilidad emocional que muchas veces llega a ser necesaria para poder sentirnos bien y tranquilos. Cuando no sabemos actuar frente a una determinada situación crítica en el amor en pareja, acudimos a infinidad de temas y consejos que rondan frente a esta concepción. En cuestión de práctica damos lo que podemos con la persona con la cual nos encontramos, creando así la conjunción y unión de dos personas. Lee y analiza el siguiente aparte de la guía práctica para no sufrir de amor para conocer unas aclaraciones sumamente importantes:
Guía práctica no sufrir de amor – Walter Riso
Reflexión 8: Tres aclaraciones para que medites sobre ellas
- Ser una unidad afectiva significa estar inmerso en un conjunca to indiferenciado de pasiones donde lo particular se anula en el todo. Es como si tuviéramos agua en la que no pudiéramos distinguir el hidrógeno y el oxígeno. Ya no eres tú, eres otra cosa producto de la mezcla. Por el contrario, estar unidos afectivamente, implica tener un lazo, un vínculo, que por más estrecho que sea, mantiene la diferencia.
- Hay, al menos, dos maneras de involucrarse en una relación: pertenecer o participar. Pertenecer, es identificarse de lleno con la pareja y/o mimetizarse en ella, tal como lo hace el camaleón, cuando se confunde con el ambiente donde habita para sobrevivir a los depredadores. “Pertenecer” a la pareja es volverse totalmente semejante y renunciar a la propia singularidad. Por eso el “sentido de pertenencia” hay que tomarlo con pinzas. “Ser” de un equipo, un grupo o una institución, puede convertirse fácilmente en fanatismo y extraviarse en la obediencia debida. Por el contrario, participar en una relación afectiva significa estar vinculado de manera activa y no pasiva. Se está allí porque se quiere, en pleno uso de la individualidad, ejerciendo el derecho a disentir. En esta lógica participativa, tal como la llama Savater, el autoritarismo y las distintas formas de dominación no tienen cabida. Si estás enamorado o enamorada, no perteneces a tu pareja, participas en una relación.
- La palabra comunión no debe confundirse con “comunidad”. En la comunión no hay división, sino un conjunto donde cada una de las partes desaparecen en el todo. Es la fusión psicológica, afectiva y espiritual del enamoramiento donde la combinación genera un fenómeno emergente: una sola alma, al menos en teoría. En este tipo de exaltación, la percepción se distorsiona hasta crear la sensación y la convicción de que todo se incorpora a un nuevo compuesto que los contiene. No es estar con, sino estar en. Por su parte, el epíteto comunidad, según la Enciclopedia Oxford de filosofía, es definido como: “Grupo de personas que llevan una vida en común asentada sobre relaciones recíprocas”. Las relaciones de pareja pueden ser consideradas una comunidad amorosa de dos, una díada, donde los miembros se afectan mutuamente y establecen vínculos de correspondencia. La relación comunitaria se basa en lo que tenemos en recíproco y no sobre una concordancia absoluta. El amor de dos es un intercambio de información, emociones, ternura y fluidos.
Pág. 29